4 de mayo de 2001

Del 19 al 25 de marzo es la Semana Nacional de Prevención de Envenenamientos

Aproximadamente el cuatro por ciento de los niños examinados en Houston para detectar envenenamiento por plomo tienen niveles de plomo en la sangre capaces de causar efectos dañinos, según los últimos datos compilados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Houston (HDHHS).

Los datos del año fiscal 2000 del HDHHS muestran que 250 de los más de 8,300 niños examinados tenían una concentración de plomo en sangre igual o superior a 10 microgramos por decilitro, el nivel más bajo asociado con efectos adversos en un niño.

La semana del 19 al 25 de marzo es reconocida a nivel nacional como la Semana Nacional de Prevención de Envenenamientos. HDHHS ofrece exámenes de detección de plomo gratuitos a niños de entre seis meses y 6 años de edad en todos sus centros de salud.

"Los niveles elevados de plomo en sangre en los niños pueden provocar discapacidades de aprendizaje, problemas de conducta, retraso mental, discapacidades del habla y del lenguaje e incluso daño cerebral", dijo el Dr. Luther Harrell, médico jefe de la División de Servicios de Salud Personal y Comunitaria de HDHHS. Es posible que se produzcan convulsiones, coma e incluso la muerte en niveles extremadamente altos, como 70 microgramos por decilitro o más.

Los niños que necesitan estar bajo cuidado médico incluyen aquellos con niveles de plomo en sangre de 20 microgramos por decilitro o más y aquellos con un rango entre 15 y 19 microgramos por decilitro durante un período de tres meses. Una prueba de plomo en sangre es el único método capaz de determinar el envenenamiento por plomo.

Los síntomas incluyen dolores de cabeza, irritabilidad, anemia, pérdida de peso, hiperactividad, falta de capacidad de atención, dolores musculares y dolor abdominal. Sin embargo, los niños generalmente no presentan síntomas de envenenamiento por plomo durante varios años.

Una alta concentración de niños envenenados con plomo en Houston vive en vecindarios del centro de la ciudad, un área con mayor probabilidad de contener casas antiguas con pintura a base de plomo, la fuente más importante de exposición al plomo.

Los códigos postales de Houston donde los niños parecen tener un riesgo mucho mayor de envenenamiento por plomo son 77003, 77004, 77007, 77009, 77011, 77019, 77026, 77028, 77020 y 77023. Comprenden vecindarios del centro de la ciudad al oeste, norte, noreste, este y sur del centro de la ciudad.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que más del 80 por ciento de todas las casas construidas antes de 1978 en los Estados Unidos tienen pintura a base de plomo. Las casas construidas antes de 1950 representan el mayor peligro para los niños porque es mucho más probable que contengan pintura a base de plomo que las casas más nuevas. Cuanto más antigua es la casa, es más probable que contenga pintura a base de plomo y una mayor concentración de plomo en la pintura.

A medida que la pintura a base de plomo en las casas antiguas se deteriora, genera polvo y astillas de pintura que pueden ser ingeridas por los niños pequeños, especialmente aquellos de entre uno y tres años de edad, que con frecuencia recogen objetos y se los llevan a la boca. La renovación o remodelación puede alterar la pintura con plomo. Además, un niño pequeño puede masticar fácilmente superficies pintadas, como alféizares de ventanas y marcos de puertas en una casa expuesta al plomo.

Otras fuentes potenciales de exposición al plomo son el suelo contaminado, las cerámicas a base de plomo utilizadas para cocinar, comer o beber, los remedios caseros tradicionales, los sitios industriales y fundiciones en funcionamiento o abandonados, el polvo en la ropa de los padres contaminada en el lugar de trabajo o durante pasatiempos, minipersianas y Cosméticos que contienen plomo.

El principal tratamiento para el envenenamiento por plomo es detener la exposición. Eliminar el plomo del entorno de un niño ayuda a garantizar una disminución sostenida de los niveles de plomo en sangre. En algunos casos, se utilizan medicamentos para reducir los niveles elevados de plomo en sangre.

Cuanto más tiempo estén expuestos los niños al plomo, mayor será la probabilidad de que sufran daños a su salud. Aunque es particularmente dañino para el cerebro en desarrollo y el sistema nervioso de fetos y niños pequeños, el plomo puede dañar prácticamente todos los sistemas del cuerpo humano. Puede dañar los riñones, el sistema nervioso y el sistema reproductivo y provocar presión arterial alta.